lunes, 4 de mayo de 2009

Alternativas a la farmacología

En épocas de cansancio, estrés y cambios climáticos bruscos, nuestra salud se resiente. Si a todo esto añadimos distintas variables contextuales: crisis, paro y alertas por epidemias de gripe, nuestro humor seguramente se vaya desvaneciendo y la mala leche vaya aumentando.

Hay quien para combatir todo esto tiraría de un cóctel de fármacos antidepresivos, antihistamínicos, y anti todo. Otros decicidimos afrontar todo esto rompiendo con la monotonía de vez en cuando: cambiar de aires, ver a gente que hace tiempo que no ves y realizar actividades que generalmente no puedes hacer.

Así que aprovechando un par de días festivos me cogí los bártulos, un billete de avión y puse tierra y aire por medio destino a un concierto. Y claro, ya que te vas a 600km a un concierto (el mismo que esa misma semana está a 150km de tu casa); aprovechas el palizón para visitar sitios nuevos, entrar en locales en los que nunca entrarías (cuestiones de diferencias de clase "social" y gustos musicales), levantarse pronto (imprescindible para que las pocas horas que tienes te cundan), descargar adrenalina descendiendo montañas de nieve a mucha velocidad, y conocer gente nueva.

El resultado final cuando vuelves no puede ser mejor: la concepción del tiempo se vuelve distinta y los 3 días que pasas fuera te dan la sensación de 2 semanas, no tienes tiempo para pensar en nada relacionado con tu vida habitual (genial), y aunque estás tan cansado que eres incapaz de dormir (paradójico, ¿no?), te vuelves a tu casa con una extraña sensación de relajación y felicidad esperando con ansia que llegue el próximo paréntesis (siempre improvisado).

No hay comentarios: