viernes, 26 de febrero de 2010

A/A Sr. Responsable del Tiempo

Me quejaba hace unos días con unos compañeros de que ya me había cansado de tanta "alerta naranja". Por un momento llegué a pensar que en el mundo de las alertas no existía otro color, ya que llevamos como ¿dos semanas? en ese mismo estado (sin contar las que lha habido desde el mes de octubre).

Por todo ello, Dalí, que es un artista, ha decidido desde donde quiera que esté, que sería bonito empezar a pintar el mapa de las previsiones meteorológicas con otro tono más... intenso. Así que, ¿qué ha hecho? Pues ha llamado a Paco Montesdeoca y le ha dicho "oye... ¿qué te parece si para este fin de semana pintamos el mapa de color rojo?". Y así estamos, en previsión de alerta roja por temporal para el fin de semana, justo para esos días en los que yo tenía que trabajar.

Llevo un par de meses cabreándome con el mundo por tener que trabajar este sábado (pero bueno, ahora ya estaba asumido). Justo ayer nos avisan del temporal, se han suspendido casi todas las actividades en la comunidad. ¡Un rayo de luz! -pensé- y por un momento me veía feliz disfrutando de una tarde de sábado en casa (y es que aún encima soy del turno de trabajo que sale a las 9 de la noche, grrr). Pero cual es mi sorpresa... ¡Que no! !Que todo sigue su curso! porque claro, como el Ayuntamiento ya lo tiene todo pagado...).

Durante todo el día he estado pendiente del teléfono, esperando esa llamada mágica que me diga "no te preocupes, se ha cancelado todo" Y el teléfono ha sonado unas 20 veces.... pero para preguntarme si me quiero cambiar a otra compañía de teléfonos. Así que a eso de las 7 de la tarde he decidido llamar al Ayuntamiento para ver si se anulaba todo... Respuesta: "no, no tenemos noticias, si no va a hacer mucho viento..." Pues ya me dirán cómo lo van a conseguir, porque o se montan un muro a la salida del autopista para evitar que nos coja el temporal o tiene un armamento del ejército específico para deshacer tempestades (ciclogénesis como le han llamado hoy); o creo yo que nos lo vamos a comer enterito. Vamos, que somos unos alarmistas, si total, por una brisa de nada... ¿qué puede pasar? ¿que veamos una palmera volando desde la ventana?. Tonterías...

Así que mañana nos iremos a la aventura, con piedras en los bolsillos, y no sé si sacar el coche o coger un paraguas e ir volando al más puro estilo Mary Poppins (bueno, o Dorothy en el trayecto Kansas-Oz encima de un tornado).

¿Y por qué pasan estas cosas y últimamente tan frecuentemente? Para eso existen tres teorías:
  1. Según los ecologistas dirán que es culpa del cambio climático.
  2. Para una señora con la que estuve hoy "es Dios que nos está castigando por hacer tanta maldad" (se ve que no tuvo suficiente con un diluvio universal)
  3. Yo creo que es culpa mía, ya que me doy cuenta que desde hace un par de años estas cosas sólo pasan cuando tengo que trabajar un fin de semana y en actos de estos multitudinarios (en esos en los que te juegas el trabajo de muchos meses).
Creo que por el bien de la humanidad, en mi contrato de trabajo debería de venir una cláusula que dijera "prohibido trabajar en fin de semana". Y ahora voy a por las piedras para mañana.

domingo, 21 de febrero de 2010

Psicología inversa

No sé como el resto del mundo valora su tiempo en el trabajo, pero desde luego para mí el mío es importante. No soy de tomarme pausas muy largas para el mítico café / zumo / fruta de las 11 (es que llevamos una política de "mens sana..."); principalmente porque todo tiempo perdido ahí va a implicar un retraso en lo que tengo que hacer y que tendré que recuperar más tarde. Eso sí, en una política no expresa.

He de agradecer el no tener un excesivo control horario: no tengo que fichar al entrar, si necesito un par de horas una mañana nunca me han pedido justificantes (aunque suelo llevarlos), ¿que no puedo quedarme una tarde de las que me corresponde? Lo digo con antelación, pero sé que no me van a pedir explicaciones. Y entonces ¿donde está el truco? Pues precisamente en los pactos no explícitos, en la "confianza en los trabajadores".

Generalmente tengo que rendir cuentas cada X tiempo, y saben que mi trabajo va a estar hecho, por lo que si hoy salgo dos horas antes seguramente sea porque esa semana si hace falta me voy a quedar ocho horas de más (de hecho la frase mítica de mi máximo jefe es "no me des explicaciones, sé que las cosas van estar" --> lo que se traduce en "vete, vete, que ya te llevarás el trabajo a casa si hace falta"). Evidentemente esas horas "no existen" y por lo tanto no se cobran en metálico --> y aquí que nadie piense mal, es que yo las suelo compensar por días libres que disfruto cuando necesito.

Y realmente el no tener un control estricto ¿funciona?. Pues al parecer sí. Y es que esto es como cuando llegas de borrachera a casa con 15 años y esperas un castigo de tus padres que durará al menos hasta que te jubiles... Sin embargo tus padres (que todos parecen haber hecho un curso de psicología inversa) no te regañan y tu vives en tensión todo el día esperando "el momento" aunque en su lugar sólo percibes el silencio.

Hace cosa de unos meses hablaba precisamente con un amigo de este tema: el supuesto no control. En su institución se dedican a la investigación, y con eso de que "la ciencia es la ciencia" entienden que por ejemplo para un experimento las células tienen su propio ritmo de crecimiento, que los reposos de determinados componentes son los que son, y que la "inspiración" no está disponible siempre de 8 a 3. Así que simplemente tienen un determinado número de horas que tienen que cubrir a la semana... ¿y la gente lo hace? Pues por increíble que parezca, sí (también es verdad que no estamos hablando de España, igual eso influye). En más de una ocasión me he encontrado en la situación de estar tomando algo con ellos y a esto de las 9 de la noche escuchar: "me voy un momento al laboratorio que tengo unas células creciendo" (y claro, no antender a las células puede suponer perder un experimento de dos meses) o oír la puerta alas 6 de la mañana porque acababa de encontrar la solución a algo que le llevaba meses rondando en la cabeza. Sorprendentemente a finales de semana todo el mundo ha hecho 10 horas más de las determinadas. En España la frase que oiríamos sería: "me voy un momento que tengo que ir a llevar a los niños a las actividades" y a las 6 de la mañana lo único que escuchas son ronquidos o voces de borrachera.

Y repetimos ¿el truco? ¿podría empezar a tomarme horas libres así sin más?. Pues está claro que no, ya que en el fondo tras ese aparente "laissez faire" todos tenemos cierta supervisión: es decir, si cualquiera de nosotros estuviera de baja continuamente, no apareciéramos en una semana, o si los lunes empezaran a convertirse de manera sistemática en un día más del fin de semaa...; sabemos a ciencia cierta que "Gran Hermano" nos llevaría a un despacho, nos daría un buen toque de atención y pasaríamos a estar en el punto de mira de "próximos despidos". Que no nos vamos a engañar, en mi "maravilloso" mundo también hay quien le echa mucha cara y quien a causa de eso dura bastante poco. A mi por el momento ser "legal" me ha venido bien.

Y ahora voy a adelantar unas cosas que necesito para el lunes, ya que el viernes lo tuve que pasar aparentando delante de un gilipollas (nombre genérico para cualquier representante político) para recibir una "palmadita" en la espalda, escuchar que todos somos magníficos en nuestro campo, un poco de campaña electoral, y que el dinero que hay es el que hay. Sólo le quedó decir: "y con eso haga usted el mismo trabajo pero de saldo, que estamos en recesión por culpa del gobierno, y el pueblo llano ha de apretarse el cinturón" aunque por la cara que ponía seguro que lo estaba pensando. Sinceramente, perder mi tiempo en estas cosas me pone de mala leche.

sábado, 20 de febrero de 2010

El show de Truman *

Internet tendrá muchas ventajas, pero desde luego en cuanto a privacidad se refiere es una putada. Hay muchas herramientas para comunicarse con la gente: que si facebook, messenger, tuenti, twitter, buzz, skype, fotologs, blogs... Evidentemente no sigo todas estas corrientes principalmente:
a) porque prefiero seguir teniendo vida más allá del ordenador (y yo soy de esa clase de personas que se engancharían a un ordenador muchas horas)
b) porque una cosa es compartir, y otra exponernte medio en pelotas al mundo entero. No me importaría hacer nudismo en una playa en la que no conozco a nadie, pero que te vean todos tus jefes... ¿con qué cara vas al día siguiente a trabajar?

Y ese es el motivo por el cual tengo dos blogs, uno de contenido público (del cual mis amigos tienen la dirección) y otro "privado" (que viene siendo este, y del cual mis amigos/compañeros conocen su existencia pero no su localización). Pero, si es "privado" ¿por qué permito que gente que no me conoce pueda verlo? Pues ahí precisamente radica su privacidad, es algo mío aunque ajeno a mi vida cotidiana (y no, no es afán de exhibicionismo).

Generalmente tendemos a ser políticamente correctos, mentimos con la intención de no herir a los demás, y callamos verdades para no crear conflictos... Por lo general somos seres pacíficos (excepto momentos en los que la realidad puede contigo y sueltas lindezas de todo tipo). Escribir es a veces un modo de gritarle al mundo, de liberar tensión, de mostrar tu incoformismo o tus paranoias mentales, pero ¿que pasaría si supiéramos que con eso podemos lastimar a alguien? Pues simplemente mediríamos más nuestras palabras y lo que escribimos impulsivamente para aliviarnos, perdería su encanto.

En el mundo del acceso a la información libre, cuando has dado dos pasos medio mundo se entera de la ruta que has hecho, y a mi no es por nada, pero me gusta seguir teniendo mi parcela de privacidad. Poder esconderme del mundo cuando quiero sin tener que responder al día siguiente mil preguntas o aguantar comentarios ¿y por qué te fuiste? ¿con quién te fuiste? así que este fin de semana... Todo eso ya lo pasé con mis padres durante mi adolescencia, la cual afortunadamente dejé atrás hace mucho tiempo. Del mismo modo que a mi no me interesaba saber que mi jefe es fan de un grupo de RubiasCachondas (lo cual ahora es la comidilla de todo el mundo, "gracias" a quien me dio la noticia, ayer volví a coincidir en un acto con él y tenía que controlar el reírme); a nadie le interesa saber si no voy a asistir a una cena porque me quiero ir a la China ese día / que me he hecho activista radical de Greenpeace / si he estado dos días con resaca... etc.

Recuerdo en su momento a una profesora de la facultad que me decía "ahora no salgo por esta ciudad por las noches porque no me gusta encontrarme con mis alumnos". En ese momento yo no lo veía tan trágico -"pues tampoco será tan horrible ¿no?" "¿a quién le va a interesar lo que hacemos?"- pensaba yo.

Pues me equivocaba, a la gente le va saber ese tipo de detalles: dónde comes, dónde sales, qué haces en tu tiempo libre, con qué gente te relacionas. Y cuanto más expuesto y más conocen de tí, más vulnerable te vuelves (y lo siento, pero tengo derecho a seguir disfrutando de mi intimidad sin sentir el complejo de "Show de Truman*"). La prueba del gran interés que para algunos suscitan las vidas ajenas, la tuve hace un par de meses, cuando uno de mis clientes empezó a asistir a mi mismo gimnasio (casualidades de la vida). Más allá del hola/adiós empezaban las preguntas constantes de "¿y qué tal ves a...?" (y yo pensaba: "déjeme, yo venía a desconectar"). De allí a unos meses me llamó al trabajo para darme su dirección para que le agregara al facebook ya que no había encontrado mi dirección (la gente está fatal), y en otro momento me ¿amenazó? con que podía controlar a la gente que miraba su página web ¿pero qué clase de persona enferma hace eso? ¿con qué clase de psicópata estoy dando?A ver, que lo que usted haga con su vida me da igual, pero deje la mía en paz -todos esos pensamientos se pasaron por mi cabeza-

Desde ese momento comprendí (aún más si cabe) que estamos expuestos realmente a todo el mundo (vale, porque queremos, ya que si no con darle simplemente al botón de apagado del ordenador sería suficiente). Entendí además que a la gente no le llega con ver Gran Hermano, sino que tienen que controlar la vida de sus vecinos, no vaya a ser que se le escape algo.

Y por eso me gusta mantener este blog como parte de mi espacio personal privado, a donde la gente llega por casualidad, en donde uno se queda o se marcha libremente sin que mis sucesos personales les vayan a afectar (como mucho les harán reir/llorar/reflexionar o simplemente dejarles indiferentes). Un sitio donde se cruzan por un instante vidas ajenas al igual que sucede por ejemplo en el autobús que cogemos todos los días: nos reímos un rato con el niño de delante que le dice algo gracioso a su madre mientras lo llevan al colegio, los escuchamos queriendo/sin querer y nos bajamos en la siguiente parada. Quién sabe, a lo mejor otro día volvemos a coincidir.
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* Fe de erratas: "Show de Truman" --> al cual al inicio del post he llamado "Show de Trully" Soy un desastre para los nombres, "¡qué se le vamos a hacer!"

miércoles, 17 de febrero de 2010

Horthografía pa' tós

Soy de la generación de la EGB, aquella en la que a los 10 años te habías aprendido todos los tiempos verbales (con mucho sufrimiento, eso sí) y que con 12 se te permitían ya pocas faltas de ortografía. No viví eso mítico de saberse los nombres de los Reyes Godos (de hecho a día de hoy tengo ligera dificultad para saber de qué iba el tema), ni los castigos a golpe de regla en las puntas de los dedos... Un solo profesor dominaba a 31 criaturas a la vez, no nos levantábamos cuando entraba el profesor en clase, pero sí la gran mayoría al llamarlos su nombre iba precedido del famoso D. /Dña. (y es que todos estaban entrados en edad y como que les quedaba bien) --> y que conste que no es que quiero que esto vuelva a las aulas. No teníamos todavía móviles (creo que fuimos de las últimas generaciones en no tenerlo en el instituto, el "boom" se daría dos años después) así que los únicos mensajes que nos mandábamos era en papelitos minúsculos que nos pasábamos a escondidas (Short Message Secret). Vamos, que éramos unos visionarios.

Una vez que entrabas en el instituto todavía tenías algún profesor de los que hoy llamaríamos "de la vieja escuela" que mandaba copiar 100 veces determinadas faltas de ortografía y que a las 4 faltas te rebajaba un punto en el examen. Me parecía injusto en ese momento, pero he de reconocer que hoy lo agradezco. Y fue ahí donde desarrollé una de mis manías... la localización de las faltas de ortografía.

He de reconocer que no tengo alma de periodista, ni siquiera se me da genial la escritura, y sí que cometo algunas faltas de ortografía (especialmente cuando escribo rápido a ordenador que me puedo comer alguna letra, se me cuela alguna h de vez en cuando, e incluso últimamente alguna b se convierte en v). Pero si lo releeo (algo que casi nunca hago) me salta a los ojos y en cierto modo... me fastidia. Soy de esa clase de personas a las que le entregan un documento para que lo revise y aporte ideas... pero sin querer, antes de ponerme a leerlo en serio algún acento/coma/mayúscula me está gritando como si viniera ya señalado con colores chillones (y prometo que no lo hago a propósito).

Hay fallos que se podrían pasar (porque se sabe que son despistes)... pero otros me producen verdadero dolor a la vista. Últimamente leía un blog escrito por una señora de unos 35 años que ha alcanzado sus estudios medios (como los de mis padres en su momento) y con un blog interesante.... Que he tenido que dejar de leer ya que me provocaba verdadera mala leche. Errores como "hai" --> del verbo haber // palabras mal separadas o juntas cuando no deben de manera reincidente "des pistado" "alcabo de"... Del tema acentos no hablamos (¿para qué? ¡si son sólo un elemento decorativo en las palabras!) y de las normas de puntuación, menos (a veces me costaba entender lo que quería decir...).

En más de una ocasión he tenido la tentación de reenviarle el post corregido, porque es verdad que lo que quería transmitir podría resultar interesante... si no fuera porque en la tercera línea comenzabas a tirarte de los pelos. Y yo me pregunto, este tipo de blogs ¿no entra en la categoría de denunciables? Al menos a la Real Academia de la Lengua. No estoy a favor de la censura en internet, pero creo que podría hacer una excepción.

Sé que lo mío es una manía, lo reconozco, no se puede ser tan estricto y menos cuando uno no alcanza la perfección pero... Es que hay casos que claman al cielo.
Reconozco que hoy en cuestiones de educación (académica me refiero, la moral es otro tema en el que no me voy a meter) la gente sale ahora mucho más especializada, dominamos las nuevas tecnologías, se nos exigen más idiomas... Pero rogaría al Sr.Google que ponga un corrector ortográfico específico para cabestros, y al profesorado (y me voy a poner en plan "abuela cebolleta") que las cuestiones de ortografía sigan teniendo la misma importancia que hace unos años (porque una cosa es abreviar al escribir mensajes desde un teléfono móvil, pero eso no debería de impedir que supiéramos escribir). Me he encontrado con exámenes de universitarios (las mentes del mañana que nos sacarán de las futuras "krisis ekonómikas, pólitikas i/o soziáles" dignos de ser publicados en la casa de los errores y horrores (ejemplos: "kndo" "ke" "staba"). Lo bueno del asunto es que en el futuro y de seguir así, los que sean ecargados de escribir el Boletín Oficial del Estado en ese momento, con tanta abreviatura conseguirán que ocupe una cuarta parte de lo que ocupa hoy. Al menos eso será bueno para el medio ambiente, ya que se verá reducida la cantidad de papel que haya que utilizar para publicarlo.

Benditos aquellos a los que su ignorancia no les impide la felicidad, pero a mi me provocan ansiedad.

martes, 16 de febrero de 2010

Historias de miedo de SValentin

Dicen que hablar de los sucesos negativos y compartirlos, ayuda a superarlos ¿será cierto?. No es un secreto eso de que yo tengo una especie de "manía" por este día, pero como todo en esta vida, tiene su explicación. Aviso a navegantes: todo lo que vendrá a continuación debe de ser leído desde una perspectiva de "escojonarse" porque de lo empalagoso que puede ser a alguno le puede dar una úlcera de estómago.

El caso es que siempre hay sucesos que te hacen borrar de tu calendario algún que otro día (ahora entiendo por qué los años se me pasan tan rápido), y el 14 de febrero para mi es uno de esos que no existen, de hecho intento casi esconderme del mundo, por lo que pueda pasar.

Todo empezó hace ya unos cuantos años momento en el que yo era estudiante de idiomas. Llegó a nuestro centro de estudios Typical Teacher (a quien a partir de ahora llamaremos TT) de sobre 25 años aprox, ojos azules, pelo rubio, 1'80, sonriente, (y con novia, factor que muchos desconocían, aunque yo lo sabía) etc... Producto de admiración/envidia (por sus cualidades físicas) de profesorado, alumnado, etc. Recuerdo el aumento de asistencia del alumnado a las clases (¡incluso los viernes a las 5 de la tarde!), organización de cenas secretas (y digo secretas pq dos de mis compañeros y yo curiosamente nunca fuimos invitados), ¡¡señoras de edad avanzada insinuándose!!

En medio de aquella vergüenza ajena de pertenecer a aquel grupo yo seguía a lo mío, escojonándome de la situación y comentando las jugadas con mis aliados en ese momento (si es que durante tres años nos lo pasamos muy bien).

El caso es que se acabó el curso, y mientras nuestra clase organizaba una cena de despedida con nuestro profe que se volvía a su país, otros hicimos una cena alternativa. Y hasta ahí llegó todo (o eso creía yo, ilusa de mi). Durante ese año mi relación con aquel profe: la que se limitaba a contestar en clase a las preguntas que me hacía (ni mayor interés que tenía).

Casualidades del destino, mi profesor se fue en junio, y yo en el mes de agosto me tenía que ir a estudiar fuera a una ciudad-destino que me tocó en sorteo. Justo a mi regreso por uno de mis excompañeros me enteré que había estado asistiendo a la misma universidad y facultad de mi ex-profesor, y un año más tarde que incluso vivía a 200 metros de distancia de mi apartamento. Afortunadamente nunca coincidimos. ¿Había esquivado al destino? ¡No!

6 meses más tarde yo había vuelto a mi Escuela de toda la vida, seguía con mis estudios y en febrero, como no, llegó la época de los exámenes. Y allí estaba yo, en medio de mi exposición oral con mi profesor de ese año, cuando alguien llama a la puerta y una señora loca entra diciendo que TT está fuera.
-Primer pensamiento mío ¿quién es TT?
-Primera pregunta de mi profesor (afortunadamente era majo) ¿quién es TT y por qué nos interrumpe en un examen?
-Respuesta "¡¡¡el profesor!!!" y pregunta por ti (refiriéndose a mi)

En fin, después de unos segundos mi profesor y yo caimos en quién era y... seguimos con mi examen. Al salir, en una situación surrealista TT estaba allí y me di cuenta de que nada había cambiado: niñas con risa nerviosa y señoras menopáusicas actuando como adolescentes. Hablamos un momento ¿qué tal te ha ido? ¿qué haces por aquí (a 3000km de tu casa)?etc. Di por terminada mi conversación, tenía algo de prisa y me marché... Pero por "suerte" para mí él también se iba y se ofreció a acompañarme hasta la puerta. En el trayecto le dio tiempo a invitarme a tomar algo y mientras yo pensaba ("no, la expresión "tengo prisa" significa que me tengo/quiero ir) amablemente dije que no... Le dí mi mail para que me enviara unas fotos del momento "reencuentro" que acababa de hacer... y justo al irme me deseó un "Feliz San Valentín". En ese momento se me cayó el mundo, ¡¡¡¡¿que hoy es 14 de febrero?!!!!

Todo podía habe quedado ahí, pero no, me mandó un mail con las fotos y a partir de ahí empezamos a hablar... Para cuando me había dado cuenta estábamos pasando las vacaciones en la misma ciudad (ambos teníamos familia en el mismo sitio y solíamos ir en verano). Y todo empezó a desmoronarse y la persona normal que parecía (o que a mi me había parecido ver) ¡¡¡era un enamorado del amor!!! Se había recorrido en su momento 3000km en San Valentín para irme a encontrar en mi Escuela (que era el único dato que tenía sobre mi) y de repente pretendía que yo fuera una chica salida de una película, que me gustara exactamente lo mismo que a él, que fuera corriendo por las calles como si sonara una película de fondo y que el destino y las coincidencias nos habían unido (ejem).. ¡y de pronto se me declaró!

En cuestión de unas semanas me di cuenta de que aquel tío no era normal (vale, otros se habrían dado cuenta antes, pero yo tiendo a pensar bien de las personas y creer que estas cosas nunca le pasan a uno). Pero no, las historias de cómo había conocido a sus anteriores novias eran todas sacadas del mismo tipo de películas, y cuando yo no respondía a ese estereotipo de película de comedia romántica... puse tierra por medio escandalizada y escarmentada (espero que para siempre)

Desde entonces y por todo lo que vino a continuación (lo cual ya omito) he desarrollado una especie de pánico al 14 de febrero, a pensar que año tras año siempre puede haber uno de esos "locos del amor" que han visto muchas películas. Susodichos capaces de mandarte un ramo de flores a la oficina, de comprarte un anillo y pedirte en matrimonio o lo que sea... Así que por ese motivo ese día si puedo no salgo a la calle y si es posible desconectar el teléfono... mejor que mejor (por si acaso).

En fin, espero que no sea cierto eso de que el "hombre es el único ser que tropieza dos veces en la misma piedra" porque eso significa que todavía me queda un tropezón más, miedo me da.

lunes, 15 de febrero de 2010

Y mi disfraz es de...

Con eso de que estamos en carnavales, a la gente se le ha dado por hacer el paripé y disfrazarse. No es que esté en contra de esta tradición (la cual admiraba hasta hace un par de años), pero es que el tiempo y el empeño que le ha dado a todo el mundo por "madurar" le ha restado encanto.
El concepto de "madurar" en mi entorno es: tener pareja e independizarse.
Recuerdo que hace años quedábamos los amigos para disfrazarnos juntos, preparábamos el disfraz con unas semanas de antelación (no muchas, simplemente lo discutíamos durante tres semanas y dos días antes del evento comenzábamos a correr pensando que no teníamos nada preparado). Me gustaban incluso aquellas "discusiones" con motivo de encontrar un disfraz que nos complaciera o incluso complaciese a todos: desde los que querían ir de travestidos a las que querían ir monas y divinas puesto que una tiene un glamour y no se va a perder ese día (en fin, hay que sigue pensando que las cenicientas existen en una dimensión paralela). Yo simplemente optaba por el disfraz menos común (si es que la rama de la enfermería está ya muy vista).

Así aguantamos durante dos años, hasta que llegó el día en la que se hicieron dos grupos: día del golpe de carnaval y nos encontramos con la "santa cofradía de mi disfraz divino -grupo independentista" vs "república independiente del pacto de estado". Desde ese momento todo empezó a ir en picado, y el año en el que se sumaron las parejas de los integrantes... todo se desmoronó (y es que tener pareja en carnaval, es igual a casarte y después celebrar navidad: ¿con que familia te vas? ¿a casa de tus padres o de tus suegros?). Pues se ve que las nuevas parejas vinieron pisando fuerte, mientras ellos se amoldaban, ellas querían seguir con sus grupos de amigos e iban captando adeptos (tipo mafia o algo así).

En fin, que la gente "maduraba" (según su concepción del término) y al mismo tiempo se volvía estúpida (según mi concepción). Como aquí quien escribe, pasa de gilipolleces varias, decidí desaparecer durante tres años en estas fechas. Y así de feliz vivía yo... hasta que este año la "operación escape" tuvo un par de fallos técnicos, ¿y quien fue el culpable? El odioso San Valentín, que no sólo tiene que joder un día al año, sino que tiene que joderme las vacaciones de carnaval. ¿motivos?
  • Mi supuesto cómplice 1 en estas fechas para irme fuera del país, ha tardado 3 semanas en decidir que celebraría San Valentín con su respectiva. Para cuando el Sr. lo decidió mi billete de avión había subido 200€.
  • No pasa nada, pensé yo, me quedo y celebro carnaval en casa... Pero no. Mi cómplice 2 decidió que el sábado quería cenar con su novio con el cual convive y cena todos los días y para más inri, tenían que esperar a las 12 para darse el regalo. Así que una pizza precocinada y un regalo le impedía ir a casa de sus padres (a 10 min en coche) a por un disfraz. Resultado: sábado normal mitigando mi semicabreo en alcohol (al mismo tiempo que escuchaba la "increíble historia y peripecias" de cómo habían buscado un disfraz que les gustara a los dos.
  • Domingo: día empalagoso nacional. Por una vez hasta agradecí tener algo de resaca (fui menos consciente del 14 de febrero). Además Cupido fue condescendiente conmigo y quiso que en dos minutos que tuve que apagar el móvil me perdiera una llamada para quedar por la noche (no, no quiero quedar contigo a solas para ir a tomar algo, y menos en este día). Sinceramente, lo agradecí.
  • Lunes: No pasa nada, le daremos otra oportunidad a los amigos (pensé yo)...: Piiiiii, segundo craso error. Si tienes pareja tienes que salir conjuntado y poco menos que juntitos de la mano. A tomar por saco Carnaval y San Valentín.
Como paso de mariconadas he decidido que esta tarde me recluiré en el cine mientras veo alguna película que me haga olvidar. Mañana será otro día y pensaré que todavía tengo dos días de vacaciones que este año tienen toda la pinta de ir a estar malgastados. Haré cualquier plan independiente, me meteré en un monaterio si hace falta, desconectaré el móvil y no leeré mensajes, porque mucho me temo que llegará alguno del tipo "hace mucho que no nos vemos" a lo que responderé sin problema (y alguno ya lo ha experimentado) "hace mucho que otros te organizan tu tiempo"

Y si me llaman borde... me da igual, es que este año ese es mi disfraz.

jueves, 11 de febrero de 2010

Aquí, una oveja contando cosas.

Año chino nuevo (desde ayer), vida nueva.

Tengo algunas/muchas virtudes (en esta frase el sustantivo podría prescindir de adverbio de cantidad y sería lo mismo), sin embargo me falta mucho para llegar a la perfección.
Nací con 8 meses (si es que yo ya venía con prisas desde el principio) lo cual me provocó determinadas imperfecciones: los meñiques discretamente más pequeños de lo normal, la necesidad de unas pocas semanas en la incubadora, otros defectos que no voy a confesar ahora... Sin embargo hay una cuestión que tengo por seguro que se adquiere en el último mes de embarazo "el sentido de la orientación". Y claro, como las cosas con prisas no salen siempre bien, se ve que en ese último mes que me perdí, no acabé de perfeccionar esa habilidad: la de no perderme. Así que desde siempre he asumido en mi familia el rol de "oveja descarriada" es decir,: esa que cuandos todos van para la derecha ella tira para la izquierda pq el sentido de la dirección no sabe por donde queda.

Mi despiste en este aspecto es tal... que aún viviendo prácticamente en la misma ciudad o prado toda la vida, me pierdo cuando intento ir a un punto intermedio entre A y B (resultado: una hora dando vueltas hacia arriba y hacia abajo en un trayecto de... ¿800 metros?). Del mismo modo, puedo coger un "atajo" y lo que por el camino normal lleva 30 minutos y por el supuesto atajo unos 20... se acaban convertiendo en 80 (con su consecuencia de llegar tarde a un examen). Soy así, que le vamos a hacer.

Así que mi familia cansada de que me perdiera, de que cogiera desvíos que no eran cuando nos íbamos de vacaciones, de que acabáramos gritando en cada trayecto que hacíamos juntos, y de que finalmente me negara a coger el coche para pasearlos y explorar las zonas de los alrededores (quita, quita, a ver si íbamos a terminar en medio de una tribu caníval!!) decidió que el despiste
se iba a terminar, y le encargaron a los Reyes un Borricón (es que no puedo hacer publicidad de la marca del GPS, que como no me pagan...)

He de reconocer que siempre he mostrado cierto escepticismo con esto de las nuevas tecnologías y su eficacia, especialmente pq siempre que dependes de un cacharro más sofisticado que un mapa suele fallar en el momento en el que más lo necesitas. Pero también es cierto que me cansé de que la víamichelín no me ayudara (ya que te dice el nombre de las calles por donde tienes que ir, pero es que mientra que conduces no te da tiempo a leer los nombres de las calles que están escondidos en esos miniletreros!!!). Pues hoy por primera vez he puesto a prueba a este cacharro en un medio totalmente inexplorado para mi... y me alegra decir que el muchacho ¡me ha llevado al sitio! Eso se agradece, porque tenía que irme a la ciudad de al lado por cuestiones del trabajo y llegar a una cita 1 hora tarde no suele quedar políticamente correcto (tiempo de retraso con el que he llegado en otras ocasiones, ejem)

Así que nada, que al igual que si se es miope se necesitan gafas, si tuerces los pies llevas plantillas y si no escuchas mucho un audífono... para los que tenemos desorientación espacial nos llevamos un cacharro localizador (y si el próximo modelo te localiza sitio para aparcar... mejor que mejor). Y aunque haya sido reticente hasta hoy, he de decir que mi regalo de reyes ha sido una gran idea, ¡¡ya no soy una oveja descarriada!! (ahora simplemente tengo algo de borreguismo, pero eso ya me viene dado de serie). Vivan (en este caso) las nuevas tecnologías, ¡que a veces incluso son útiles!

Fdo. Beeee, una oveja.