jueves, 9 de abril de 2009

Callejeros

Dicen que la realidad es capaz de superar a la ficción, pues sí, es cierto. En el programa este de Callejeros suelen hacer reportajes sobre barrios pobres/rics (últimamente esto es todo lo que se ve). Tu estás en tu casa con tu chándal cutre, tirao en el sofá y con la lata de cerveza, cuando de repente una luz cegadora te da en todos los ojos y consigues vislumbrar una cámara que te enfoca en primer plano. Curiosamente la reacción de los entrevistados suele ser buena, la mía, desde el otro lado de la pantalla es ¿pero como dejan grabarse en esas circunstancias? ¿Es posible que haya gente que viva así? --> Mismo pensamiento cuando el que sale es un rico que lo flipas con 5 piscinas en las terrazas de su piso madrileño.

Pues bien, sí, hay gente que "vive así". Y como digo que la realidad puede superar a la ficción, he de confesar que estos días la realidad se ha instalado en mi casa: una habitación completamente llena de muebles, un baño con somieres y colchones dentro, las otras dependencias de la casa con ropa por el suelo (que ni sillas nos quedan). Durmiendo en colchones por el suelo e incluso alguno en el pasillo. Próximamente lo sofás pasarán a la cocina y el baño que queda... poco le queda. Así que para ir a desayunar tengo que: sortear los montones de ropa y maletas del suelo, saltar por encima de una cama que atranca el pasillo, y espero no encontrarme sin leche para desayunar, porque eso implicaría mover muchas cosas antes de llegar a la despensa.
Por todo esto, tiemblo cada vez que escucho sonar el timbre, pues con mi ropa llena de pintura (a juego con mi cara y manos) y todo tirado por el medio, imagino que en cualquier momento puede entrar un reportero en mi casa.

En en este medio de la nada ¿qué hacer? ¿en qué invertir el tiempo?. Me he quedado sin objetos personales, sin televisión (afortunadamente no soy gran dependiente de ella), y hasta hace 10 minutos ni internet. En los momentos en los que he podido relajarme he aprovechado para leer algo (y libros que no tienen naaaada que ver con mi trabajo, ¡que por algo estoy de vacaciones!), incluso he desempolvado algún juego de mesa de mi más tierna infancia (dicen que el que guarda siempre tiene....). En otros momentos he aprovechado para visitar a viejos amigos que se han venido de vacaciones (paradójico, unos queremos escapar y otros vienen en cuanto tienen un hueco) y la verdad que se agradece que te vengan a hacer una visita. Me he reído con las cosas más absurdas, y me he reído de todo este absurdo (si es que hay que ser felices)

Pero en fin, afortunadamente en mi caso todo esto es transitorio. Aprovecharé lo que me queda de vacaciones para irme a algún sitio a recuperar fuerzas y desconectar de las historias de las últimas semanas, y cuando digo desconexión, lo digo en el más amplio sentido de la palabra (a partir de mañana ni siquiera tendré internet). No sé si volveré en un estado de paz y renovación, si me reencontraré interiormente como persona, o si simplemente voy a dejar las agujetas atrás y punto. Pero sea lo que sea, bienvenido.
El próximo lunes, de vuelta a la faena.

No hay comentarios: