sábado, 7 de marzo de 2009

Stop

Si contáramos las veces que salimos a la calle en un mes simplemente para dar una vuelta... seguramente tendríamos suficinte con los dedos de una mano para llevar esa cuenta. Generalmente cuando nos movemos lo hacemos por algo (para ir/ venir a...). Además, si a ello sumamos que siempre vamos con el tiempo justo, nos encontraremos en la situación de que pocas veces estamos saliendo simplemente disfrutar (por ir a dar una vuelta y a ver qué es lo que surge).

Desde luego hay algo que hecho de menos, y es el no tener tiempo (o no hacer lo posible por tenerlo) de modo que te puedas parar cuando te encuentras con algo que te ha llamado la atención y de lo que desearías disfrutar un momento. Para mí, esos momentos en los que hecho de menos el haber salido corriendo de casa, es cuando me encuentro con alguien en la calle (o en el metro) que está tocando algún tipo de música conocida para mi. Desearía poder pararme muchas veces y quedarme allí como parte del público durante unos minutos... pero siempre tengo el reloj haciendo tic-tac-tic-tac a un ritmo vertiginoso y pareciendo que las agujas se le saldrán del sitio de un momento a otro.

La masa te lleva en volandas (y es que parece ser que a todos se nos han pegado la sábanas esa mañana, o que la sobremesa se nos prolongó demasiado) y nadie se para. Así que mientras avanzo por los pasillos del metro, intento prestar la mayor de las atenciones, concentrarme en la música y seguirla mentalmente... a la vez que intento evitar oíro el murmullo, el ruido de maletas que se arrastran por los suelos y los taconeos de los que se mueven a mi alrededor. Y así finaliza ese pequeño momento de felicidad o placer de escuchar justo esa canción, que casualmente (y no entiendo cómo) muchas veces se encuentra entre mis preferidas.

Ay, si pudiéramos decir "stop" a nuestro ritmo incansable de vida, desde luego tendríamos muchos más momentos de relax mental.


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